Algunas reflexiones sobre la jornada de elecciones municipales de hoy
Elecciones municipales que evocan a las de 1931, que sin ser estatales, sirvieron para proclamar el cambio de régimen, de monarquía a república, que luego las derechas españolas no permitieron florecer y consolidar.
También en estas elecciones y en las que vienen se huele un cambio de régimen; el fin del bipartidismo de los pactos neo-franquistas del 78; un proceso constituyente sin proceso constituyente, un cambio en muchas de las formas políticas clásicas, que rompen con la partitocracia para iniciar formas más participativas, ciudadanas y 15M de jugar en política institucional.
Por supuesto, ni un solo voto más al PP. Verdadera organización criminal constituida con fin de robar el patrimonio público y mantener el orden de restauración borbónica neo-franquista del 78 .
Amnistiado con demasiada generosidad por los demócratas en esos pactos, de cuya desmemoria e ilegitimidad vive de prestado el PP, hasta que llegue el inevitable juicio al franquismo para construir una verdadera democracia, no la pactada con los fascistas el 78, con las pistolas sobre la mesa.
Por supuesto, ni un sólo voto a Ciutadans, partido populista donde los haya, ambiguo e inmaduro, prefabricado desde la banca y empresas del IBEX y el BOE. Creado con un sofista mercenario de ideas como marioneta principal, encarnación de Lerroux, para ser el Podemos de derechas. Después de que éste dejó de ser sólo una cuña para debilitar al PSOE y empezó a revelar opciones reales de gobernar. Obligando al régimen del 78 a minimizar el empuje de Podemos, creando de la nada, y espoleándolo con todos los medios, un nuevo partido también con apariencia joven y renovador. A pesar de que éstos, como la vieja política, nunca dejan las corbatas y tienen ya 10 años de parlamentarismo.
Sin saber aún si son de derechas o izquierdas, sólo tienen algo claro, lo único que han llevado en el programa durante sus 10 años, aparte del populismo de la anti corrupción, discurso fácil cuando nunca se ha tocado poder: el anticatalanismo. Vergüenza, pues, que con ese único anatema, logre votos en España, si es que España se pretende democrática, plural y respetuosa con todas las culturas distintas a la mayoritaria demográficamente. Pero lejos de eso, siguiendo la tradición histórica, se convierte en un mes en la 4a fuerza política estatal.
Ambos PP y Ciutadans, nacionalismos españoles agresivos, supremacistas y asimilacionistas.
Ambos con un centralismo foribundo que en un estado compuesto por diversas naciones como es el Reino de España es sinónomo de nacionalismo agresivo y estaría prohibido en cualquier estado democrático sin raíces falangistas. Ambos evitan condenar al franquismo, incluso evadiendo votaciones al respecto como la que hubo en el Parlament de Catalunya. Pues lo único que en realidad distingue a PP de Ciutadans es que el primero está compuesto por hijos de franquistas, y el segundo por nietos. El primero, más allá de máscaras populistas y nombres confusos, es el partido nacional-conservador. El segundo, el partido nacional-liberal. Algo que hubiera sido deseable un siglo atrás en este estado, pero que al llegar hoy como novedad política, tan sólo constata el atraso sociopolítico estructural del Reino de España.
Ni un sólo voto a la izquierda cínica de PSOE-PSC, que como toda la llamada socialdemocracia, hace décadas que ha abdicado de su supuesto rol histórico, tornándose mayordomos de los millonarios y el ala progre de una misma política neoliberal y conservadora para ayudar a consolidar al capitalismo. Desapareciendo en un momento histórico como el actual en el que se esperaba de ellos al menos una redefinición o algunos matices del obsoleto e irracional neoliberalismo. Dejando en países como Francia que sea la ultraderecha la única con un discurso distinto al pensamiento único neoliberal. Responsables directos, por tanto, de su ascenso y de la consolidación histórica de las derechas, quienes les han robado incluso el término “reformas.” Son igual de nacionalistas centrales como PP y Ciutadans, también en sus sucursales regionales como el PSC, que están dispuestas incluso a perder hasta el último militante, votante, dirigente histórico o principio político con tal de seguir fieles a la unidad de España comandada desde Madrid.
Ni un sólo voto a la derecha catalana de Unió, que además de cargar con una historia centenaria de represión a la clase obrera como representante de la oligarquía catalana más rancia, se muestra ambigua en el proceso catalán por la independencia, por el mismo temor del PSC a perder las cotas de poder que ofrece un Estado mayor, aunque éste reprima al hecho catalán, y por tanto sea contrario a las bases ideológicas y fundacionales de este partido.
Ni un sólo voto, por supuesto, a la ulraderecha de Plataforma per Catalunya, del ex-falangista Anglada.
Dicho esto, cualquier otro voto, a mi entender, es legitimo, democrático, responsable y aceptable, adaptándose al abanico de sensibilidades políticas que cada cual estime.
Las CUP para los que sepan votar, a lo que hay poco que añadir.
Partido Pirata y Partido X como alternativas menores interesantes.
Las candidaturas de nueva izquierda como Ada Colau, Olot en comú, y tantas otras coaliciones ciudadanas de nueva política nacidas de las formas del 15M con uniones estratégicas con viejas izquierdas, que se convierten, al menos de boquilla, en nuevas izquierdas transformadoras.
En Catalunya algunas también indefinidas con el proceso catalán, a diferencia de las CUP, lo que no sólo supone acatar el status quo y sus flagrantes y diarios atropellos a la democracia lingüística, cultural y plurinacional del estado; sino también estar dispuestos a dejar pasar de lado una oportunidad sin igual para empezar un verdadero proceso constituyente y una refundación socio-política. Mientras Podemos plantea aun una reforma, el proceso soberanista catalan ofrece una ruptura, no sólo entre Catalunya y España, sino también al propio Reino de España e incluso a los fundamentos de la UE.
No aliarse y aprovechar esta oportunidad de hacer con ello un proceso constituyente en el resto del estado, cuando se afirma querer hacer esto, es cinismo, y es poner por delante, como el PPPSOE la sacrosanta unidad de España al progreso social, al inicio de una sacudida sin igual a la UE, a España, a las derechas españolas, y a la forma de llevar a cabo un proceso constituyente, que en el caso catalán pasarían, sin duda por un inminente proceso ciudadano participativo, y no por un proceso de palacio entre élites y con el fascismo como fue en el 78.
En estas nuevas coaliciones locales, muchas de ellas empujadas con entusiasmo por activistas del entorno o sensibilidad 15M, hay que ver dónde está el centro y la principal fidelidad. Si es a la Complutense y a Podemos estatal, en una lógica caudillista y leninista que, además burla el proceso catalán con un supuesto e improbable proceso constituyente previo en toda España. O bien a coaliciones con grupos abiertamente soberanistas y de verdadera izquierda transformadora y ciudadana. Cuando es el primer caso, como parece ocurrir en Barcelona con Colau, mi voto es claro: a las CUP, que además de ofrecer lo que podría ofrecer Colau en lo social, con dos décadas más de experiencia en política, es una garantía de fidelidad al proceso de liberación nacional en el que está Catalunya en los últimos 5 años (sino 300).
Izquierda Unida i ICV, en muchos casos, como en Barcelona, ya con alianzas con esta nueva política local ciudadana, también son un voto interesante en esta coyuntura, a pesar de mostrarse ambiguos y cínicos con el proceso soberanista y su inevitable regeneración política. Llamando aun en el caso de ICV a un consenso con un estado que ha demostrado por activa y pasiva que nunca se sentará a negociar.
ERC, con sus muchas nuevas coaliciones con MES y candidaturas locales de izquierda transformadora y ciudadana, ofrecen también una buena opción a los votantes socialdemócratas o de izquierda más moderada.
Y por último, Convergència ofrece un voto a un centroderecha civilizado dentro de su pensamiento único liberal, que a pesar de tener casos de corrupción como el resto de partidos del régimen del 78, se ha mostrado fiel al sentir de calles y balcones de Catalunya, llegando a cambiar su agenda política y enfrentando al inmenso poder del estado español en un desafio incuestionable por la independencia y el derecho a decidir. Una ruptura y un enfrentamiento institucional que merecen un reconocimiento desde el resto de opciones políticas, que pueden estar muy lejanas en lo social y económico. Y cuyo apoyo no determina el futuro de una Catalunya independiente, sino que apoya a que ese proceso pueda llevarse a cabo.
Ya habrá otros momentos para la abstención. No dejemos que los ultra fachas del PP sigan con sus mayorías absolutas que nos retornan impunemente al franquismo. Que PPeros y abstencionistas no nos condenen a eso al resto de súbditos del Reino. En Catalunya hay opciones democráticas de la ultraizquierda a la derecha. A los/as compañeroa/as libertarios, 15M y antiparlamentaristas les pedimos un pequeño un esfuerzo, aunque sea con la nariz tapada y como mal menor, votar algo que frene a esa ultraderecha trasnochada, ya que hemos podido ver con estos 4 años de mayoría filo-fascista que si no hacemos política, nos la hacen, y nos vemos protestando y con leyes cada vez más restrctivas y retrógradas. Usemos opciones dignas como o CUP y Podemos para ni que sea frenar ese retroceso socio-político al que nos condenan las mayorías de PPPSOE!
Com t´estimem Didac S.Costa !